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Patricia Corrales Marozzini

Argentina

 

Escritora - Artista plástica - Diseñadora

De Nogoyá, Entre Ríos, Argentina.

Actualmente reside en Buenos Aires.  

Participa, activamente, en eventos artísticos de la Ciudad Autónoma exponiendo sus pinturas, ilustrando libros y escribiendo para revistas y periódicos. Con su literatura participa en ciclos del Centro Cultural la Imaginería, Diario de poetas 3+1, blog mispoetascontemporáneos, biblioteca Mariano Moreno

Encuentro federal de poesía, entre otros. Miembro de poetas del mundo,

grupo cultural amigos del arte,

Remes poetas de habla hispana.

Libros editados en poesía: Los sonidos del alma, Golpes en la piel, Caprichos de la noche, El duelo de la rosa, El deseo lleva tu nombre, En la síntesis los otros, Lobos del harem (nouvelle).

Integra diversas antologías poéticas, entre ellas Autopísticas (editorial Clara Beter), Grito de mujer (República Dominicana), Verso a verso y Más allá del espejo (editorial Dunken), homenaje a Gabriela Mistral (Chile), homenaje a Violeta Parra (Chile), Rutas (editorial Punto de encuentro), entre otras.

Exposición Centro Cultural la Imaginería.

Expo taller Liliana Sánchez.

Comuna 9 de Mataderos. Dazzler hotel muestra taller Verónica Bilbao. Casa Olivera, parque Avellaneda. Centro Cultural Ateneo el puente, La Boca. Noche de los museos Casal de Catalunya. Casa Cuna homenaje Quinquela Martin.

Epicúreos Galería, Mataderos. Legislatura Porteña... Quinquela vive VIII, hospital Pedro de Elizalde. Sede de Vélez Sarsfield, exposición medio ambiente. Poesía ilustrada, SADE - Sociedad de Escritores de Caba.

Poesía ilustrada en Fundación Cultural A. CASTEX SIGLO XXI.

Galería Arenales, exposición Miradas de agosto.

 

Teresa de Calcuta
(Agnes Gonxha Bojaxhiu)


En este momento de reflexión,
aquí, bajo la luz del sagrario donde la voz callada del santo crea un abismo entre el silencio más intenso y la urbe

que planea lo cotidiano,
tu rostro desmigado sin penas
sin tiempo
sin rencores.
Valiosa mujer santa cubierta de aroma

a flores silvestres
sonríes sobre mi descuido.
Proferir frases contra el indigente no debería ser parte de lo concebible.
A veces sucede
que el llano me come como un animal

que ha recorrido largas sequías.
Las manos tocan literalmente,
me tocan y no siempre es

para llamar mi atención
entonces,
vienes a mi mente con tus surcos graciosos

y fragancia a rosario a pesar de las heces.
Asumo el abismo entre lo que representas

y lo que soy,
me pierdo en la imperfección.

 

 

Pablo (a Pablo Neruda)

Vuelvo una y otra vez

a la hora de tus cantos materiales
como una oda que deja un camino intenso, violáceo, con sabor a lagrimas entre mi argentinidad y los empinados caracoles

de una ruta que seduce tempranamente.
Surgió un poema mientras atravesaba

la cordillera de los Andes, imponente, maravillosamente diseñada.
Todo el camino pensé en ti querido poeta, lograste asombrarme,

sacándome de lugares comunes.
Quise ser tú por un instante.
Quise robarme tu esencia,

metáfora de un sueño al ritmo de unas uvas colgando del viento hacia el Pacífico.
En ocasiones me llego hasta tu casa compartida con el gran amor,

necesitando de ese amor que solo los poetas podemos compartir con las letras.


 

XIV

En su nombre

Como brote que se riega con una sola

gota de rocío en los primeros inviernos,

como peste en campo de refugiado,

fui alejado de mi tierra y de mi sangre.
Rojo vierte mi herida después de tu castigo.
¿Cuál fue mi error en este destino de sureño fuera de cualquier impronta europea,
cuál sino injusto a mi inocencia?
No debías llevarte las células

que fecundarían estos valles o estos ríos.
Mi hijo parió tanta tristeza con mi exilio

que tuve que sufrir sus ojos tristes

y callar mi bronca ante tu imperio.
Te prometo sobre su tumba,

volverán a ser árboles,

volverán a florecer en el grito del águila

o en la boca de un pez,

volverán en el viento, en la palabra escrita,

en un canto de plegaria como eco

en su nombre,

volverán para tomar montañas y esteros,

tierra negada desconociendo la historia

XLVI

Con sus manos, pantano seco
con su tierra de vestido raído
con la limosna de unos ojos incomprendidos
con la mediatez efímera de un adulto
con la garra del lobo acechando
con un ruido ensordecedor a plato vacío
con el abandono por apellido
como primera palabra "una moneda"
con olor a estiércol y a calle trasnochada
con la rabia creciendo
con una virginidad ultrajada
la niña arrastra miseria.

Ella sólo sabe a ladrones de inocencia.

 

INCERTIDUMBRE

¿Qué habrá detrás de las puertas 
detrás de los árboles que alguna vez fueron

un bosquejo en la mano del artista?
Soy testigo de mi levedad.
Desde una telaraña atrapo personajes
mientras quién vigila es embriagador  
y a la vez intimida.
Un acecho inesperado

como el misterio de la vida,
como un adiós silencioso.

 

Alfonsina

No te quiero vana
ni blanca ni casta.
Te quiero poeta fuera del mar,
descalza sobre la huella, tu palabra.
Sin sirenas de barcos ni faros a oscuras.
Te quiero libre de amores cautivos
de cielos extranjeros y cafetales.
Sin ánimos suicidas
ni recuerdos tormentosos

de hombres sin memoria.
Te quiero descalza poeta sobre la arena
sobre tu densa cabellera que sonroja

a la vera del verbo
a la rima del tiempo.

No te quiero vana
ni blanca ni casta. 

 

Escrito sobre arpillera

(Homenaje a Violeta Parra)

Soy música y poesía,

Violeta que perfuma el aire nevado

traspasando los límites de mi género,

un territorio trazado de pequeños pespuntes

y el olor que llevo de mi madre

enraizado en su recuerdo.

Cuarenta y nueve lunas me vieron

errante y certera,

me fui muriendo de notas

en la brevedad nocturna

sin ser fugaz
mientras el vaivén del mar profundo

comenzó a despertar en mí,

melancolía cotidiana.
Dejé que el amor se impusiera, amé,
amé hasta perseguir destinos de otros,

penas cavaron hondo un sino de mal presagio
y no importaron las luces ni los aplausos.
Me heredó mi pueblo transandino,

algún payador errante

y en el silencio,

una carpa que posee mis fantasmas.
Soy Violeta,

la que sigue con su guitarra a cuestas 

luchando contra el imperio

entre su ejército de viento aborigen

y pinturas al pie de la monarquía.